viernes, 24 de diciembre de 2010

¿Y la Ley, para cuando?

Estamos arribando al fin de otro año, y realmente en este, quienes estamos ligados a los medios de comunicación, esperábamos más de todo lo que se propusiera en pos de una ley que provoque cambios profundos. La ley ya existe, pero ahí esta, dando toda la sensación que la misma no fue otra cosa que otra maniobra política. ¿Resulta tan difícil poner en práctica todo cuanto se legisló? Desde que después de dimes y diretes, la citada ley de medios fuera convalidada, se percibe exactamente lo mismo que antes que ella existiera.
Y puntualmente no me refiero al tironeo de intereses con el multimedio, sino a aquello que se prometió y que según los impulsores sería de rápida aplicación. ¿Se realizó algún llamado público a concurso por frecuencia alguna? No. ¿Continúan algunas emisoras transmitiendo sus programaciones en una misma localidad por dos señales distintas? Sí. ¿Se ha morigerado el uso de exabruptos en los medios? Nó. ¿Se concretó el censo de medios en la totalidad del territorio nacional? No. ¿Se da cumplimiento al acuerdo con la S.A.L, que los avisos comerciales sean realizados por locutores matriculados? No.
Y se puede seguir con infinidad de ejemplos, y observar que todo aquel tiempo de distracción utilizado para implementar la ley, no fue más que eso, distracción.

Días pasados Perfil.Com, anticipaba que a mediados de 2011, las repetidoras deberán cumplir el Articulo que las obliga a un 70% de producción propia. ¡¡¡Veremos!!! No tenemos que olvidar que en ese momento, el país estará inmerso en plena campaña electoral y no es creíble, se arriesgue a una amplia apertura de opiniones que pueden resultar ásperos para los intereses del gobierno.

Mientras tanto, infinidad de crédulos pretendidos radiodifusores, siguen con la ilusión de por fin, tener su radiola propia y amparada por la ley.

Olvidaba algo notorio, ahora en las emisoras tanto de radio como de televisión, se explica “Espacio publicitario y fin de espacio publicitario” ¡¡¡Es un cambio!!!¿No?
Entiendo que esa acotación, es algo así como subestimar al oyente ¿Acaso nosotros, los escuchas, no percibimos que cuando Gelblung, Rial, Pergolini, Vernacci, etc. dejan de expresar las mas agudas groserías, allí comienza la tanda?