martes, 7 de mayo de 2013

El mítico subsuelo de la calle Florida.


Como lo he manifestado en varias notas, la creación de este blog, tiene por esencia ilustrar a las nuevas generaciones del porque, mi permanente idilio de nostalgia con aquella radio, que como a muchos de mis contemporáneos nos subyugara para siempre.

Por estos tiempos en que aprecio tan degradada la condición de nuestro mágico mundo radiofónico, debo reconocer que me cuesta y mucho enfrentarme al teclado para evocar aquello que fue sencillamente espectacular. ¿Lo entenderán aquellos audaces que con total impunidad se enfrentan al micrófono expresando  “nunca me imaginé hacer radio”.? Es que lo que ustedes hacen muchachos, no es precisamente radio en el total sentido de la función, son solo aventureros, que envalentonados por la popularidad gestada por escándalos o por el minuto de gloria televisivo, se creen con el derecho de sentirse hacedores del medio. Son simples disparadores de lo que bien me atrevo a definir como la antitesis de lo que se define como hacedores de radio

Quienes han vivido aquellas legendarias épocas de la verdadera radiotelefonía en el país, con seguridad compartirán en un todo esta aseveración personal. Es que antes, cuando la radio era tal, la pirámide era perfecta. Quienes se ubicaban en el vértice superior de ella, eran verdaderos radiodifusores, y lo más importante es que esa fibra, era propia de autodidactas nacidos y educados para la función. De allí el porqué de aquellos grandes sucesos que en cada punto del dial, marcaban a fuego una marca registrada.

Hoy, solo bastará recorrer cada punto del los saturados diales-de ambas frecuencias-para percibir quienes son aquellos que ocupan la punta de esa pirámide. Están al frente de una radio, como bien podrían estar al frente de una carnicería. Y bien vale esta imagen, el resultado es un verdadero estrago en todo el sentido de la palabra.

Pero de nada vale seguir con el presente. La intención es recordar el pasado y rendir homenaje a aquellos verdaderos hacedores del más maravilloso medio creado por el hombre y para el hombre. 
LS10-Radio Libertad-1030Kc.

HAGAMOS HISTORIA
En el segundo lustro de los años ´50, la FRECUENCIA 1030 Kc. Y SU SIGLA LS10, deja de pertenecer a la Editorial Haynes Limitada S.A., titular de Radio El Mundo y de diversos medios graficos.

Quien fuera uno de los locutores de esta empresa,  un joven llegado de San Miguel de Tucumán, Alejandro Romay, visionario y emprendedor por cierto, cosa que demostraría con el paso del tiempo, encabeza otra empresa formada bajo su titularidad, Roberto Rufino, y un grupo de empresarios dedicados al rubro de electrodomésticos(Kuligowsky-REY del CONFORT, Héctor Pérez Pícaro-El Trébol de la Buena Suerte- y José Scioli, Padre del Gobernador)

La flamante emisora deja el edificio de Maipú 555 y pasa a los pintorescos estudios ubicados en el subsuelo de la tradicional Galería Güemes, en Florida 165.
La emisora mantiene su misma sigla -LS10- como así su frecuencia -1030 Kc.-, iniciando rápidamente con su nueva programación, especialmente dedicada a la juventud y al deporte, un ascenso sorprendente en muy poco tiempo, consolidándose como una de las preferidas durante la década del ´60.
La emisora, además poseía en la citada sede de la calle Florida, un elegante y amplio auditorio. Las cabinas de control, como así los estudios y oficinas administrativas, estaban dispuestos en lo que habitualmente serían los palcos de un teatro convencional. Esta característica se daba dado que el predio fue inicialmente concebido precisamente para una sala teatral, en pandan con otra de similares características, ubicada en el mismo subsuelo frente a la emisora, perteneciente al Teatro Florida, dedicado en esos años al espectáculo del Burlesque en continuado (desde su inauguración, este solar fue ocupado por un cabaret, donde concurrían los “pitucos” de Buenos Aires). Carlos Gardel cantó allí el 27-2-1917.  Aquellos quienes no disfrutaron de la por entonces nueva Radio Libertad, asimilen sus contenidos y formato a lo que fuera el Canal 9 Libertad, de Televisión en su etapa de esplendor. Como bien expresaba Antonio Carrizo con respecto a la televisión de Romay, esta radio también fue artesanal, espontánea y creativa. Ya por entonces, el flamante empresario tenía muy en claro la necesidad de incorporar a su grilla un producto netamente popular, con llegada a un público de clase media, ansioso de darle continuidad a aquellos que, desde su niñez, se regocijaban con la radio. Disponiendo de su amplio y elegante auditórium, no escatimó en gustos y esfuerzos para que por él desfilaran las grandes figuras, que lentamente se alejaban de las emisoras que históricamente fueron las líderes en la contratación de  estrellas. En esta casa se incorporan nuevas voces en el elenco estable de locutores, que rápidamente le introdujeron estilo y sello propio, original y diferente a todo lo conocido. Programas en vivo de corte musical moderno, ciclos de tango, culturales, periodísticos, infantiles y deportivos en todas las disciplinas, conformaban un menú radial, apto para todos los gustos en materia radiofónica.

Como siempre, en sus realizaciones y proyectos, tuvieron especial cabida los jóvenes que por propias condiciones estaban capacitados para desplegar sus aptitudes profesionales.
Cuando menciono al deporte, me vienen a la memoria un sinfín de calificados periodistas que recalaron en esta radio: Oscar Gañete Blasco, Yiyo Arangio, Eugenio Ortega Moreno, Jorge Bullrich, Eduardo Pérez Trigás, entre muchos otros. Merece un párrafo muy especial un joven,  devenido en relator, que llegó para esbozar sus primeras ilusiones periodísticas en las transmisiones futboleras de cada domingo. Éste por entonces pibe, mezcla de potrero y facultad, era un tal Eduardo Lorenzo  “Borocoto Junior”, hijo de Don Ricardo Lorenzo ”Borocoto”, aquel ya consagrado periodista, co-fundador de Sacachispas, que deleitara a varias generaciones de apasionados del deporte. Pero este flamante periodista-doctor, cuando en su primer relato comenzó a rodar la pelota, imprimió su propio “diccionario” para los enraizados aficionados al fútbol. A la pelota la denominó “cuero”, a la red “piolines”, al área “cueva”, y así, nuevos vocablos que durante su paso en la tarea, se irían incorporando en sus muchos seguidores domingueros. Muy lejos estaba en aquel momento el joven pediatra en vislumbrar que en 2005, su nombre volviese a ser noticia por su accionar político. 

A medida que recorro la intimidad de mi memoria en aquella programación, se reavivan los  nombres de quienes fueron los verdaderos protagonistas. Locutores, informativistas, operadores, productores, etc., responsables de colocar en el aire esa esencia tan particular y propia de la inolvidable estación radiofónica. Esta emisora, a diferencia de la gran mayoría, tenia su planta transmisora en plena zona metropolitana. En la localidad de Florida Oeste-Vte. López- se erguía con orgullo su torre radiante, Av. Mitre al 1600 a metros de  Av. San Martín-
Antes de concluir con este merecido recuerdo a aquella ya histórica y añorada Radio Libertad, rescato que a fines  de 1960 (casi en el ocaso de su vigencia), en su auditórium, el ya consagrado Orlando Marconi realizó el primer maratón de permanencia en el micrófono con fines solidarios, modalidad que en esos años habían incorporado varias emisoras del interior del país. 

LOS LOCUTORES ESTABLES, "EL SELLO DE LA RADIO"
CESAR LASAGGA, LIDYA SUÁREZ, EDUARDO SANDRINI, JORGE VACARI, JORGE A. RUANOVA, LIDIA SÁNCHEZ, MARIANITA LATRONICO, RUBÉN MARTÍNEZ ZUBIRÍA, NORA PERLÉA, ALBERTO  ZABALZA, HECTOR CASTRO REY, OSCAR FERRARI, JOSE LÓPEZ PÁJARO, ALBERTO ZABALZA, RICARDO ALBERTO MARÍN, ANSELMO MARINI, ROBERTO POZZI ,ALBERTO CORREA CÓRDOBA, SAÚL DEL CERRO, JAIME FONT SARAVIA (H) WALTER BOREAN

Estos nombres y en este momento, me suenan con sus voces intactas y vienen a mi memoria como si aún fuera aquel pibe que los disfrutaba a pleno. Muchos hoy ya no están físicamente, otros aún están en este mundo y quizá como este modesto oyente, renegando por el tiempo pasado. De esta galería de artistas de la voz, hoy aún disfrutamos de toda la profesionalidad de Nora Perlé y de Anselmo Marini. A Jaime Font Saravia, hijo de un prócer de nuestra radiofonía suelo verlo en los pagos de Vicente López.

Como siempre, apelo a los amigos que visitan este blog, puedan acercar más nombres de aquellos que tanto desde los estudios como desde la pecera, hicieran posible esta joyita del aire, que en 1958, me permitiera en el ciclo de aquel viejo maestro Salvador Del Priore -Juancho- esbozar mis primeras palabras frente a un micrófono de verdad.

Gracias RADIO LIBERTAD, me acompañaron en mi adolescencia brindándome el mas grande espectáculo del aire