En estos días en que el avispero mediático en general, se
ha abocado al tema de la LEY
de MEDIOS, me surgen algunas reflexiones que considero oportunas, para quienes,
más allá de favoritismos políticos y empresariales de uno y otro lado, sepan
realmente que significa una ley de gestión de medios.
Primero, que una gran cantidad de quienes opinan, no
tienen la más mínima idea de que significa ello. Hoy se debate el tema
alegremente en algo que se ha transformado en un insólito River/ Boca, que en
absoluto, mas allá de lo conocido, hace al cumplimiento de lo elemental, que
significa el verdadero sentido de un organismo que haga al cumplimiento del rol
de los medios audiovisuales para con la sociedad.
Solo bastará parar la pelota y darle lectura al conjunto
de esta ley, absteniéndose de los tres artículos cuestionados, para observar
que hoy los medios no cumplen en nada, cuanto esta ley se propone.
Resultaría extenso en este espacio, hacer un análisis
profundo del tema, pero solo bastará marcar algunos ítems, para entender cuan
lejos estamos del objetivo básico y elemental.
Hoy los medios no educan, por el contrario. Las
programaciones son idénticas en contenidos, segmentos horarios y mal uso del
micrófono, peligrosa arma letal, cuando queda en manos de improvisados.
La ley, no permite el uso del espectro radiofónico a
aquellas emisoras que no posean la debida autorización del otorgamiento de
frecuencias por medio de los respectivos concursos. Y esto es palpable con
solo girar el dial en ambas bandas, para apreciar la extrema saturación de
pseudas radios que por su ilegalidad, interfieren a aquellas legitimadas. ¿Sabe
hoy la AFSCA
cuantas radioemisoras están en el aire en el territorio argentino? No, en
absoluto. El sistema radioeléctrico se ha desmadrado al extremo que por
impericia, incapacidad técnica y negligencia manifiesta, han trasformado “el eter” en un verdadero
basural lesivo, para con quienes son receptores de pretendidos mensajes.
Mal camino han elegido aquellas “emisoras legales” que han
ingresado en la tónica de auto identificarse solo por la denominación de la
frecuencia, como lo hacen las radios apócrifas. Cada emisora, y según las
normas internacionales vigentes, tiene asignada una sigla (LR-LV-LT-LRS-LU-CW-XK-ZP-,
etc.) según la región geográfica a la que pertenezcan en el planeta. Aquellas
ilegítimas no las poseen, y el común de los oyentes lo desconoce.
Sería muy amplio todo cuanto se pueda exponer con
respecto a los medios, mas allá de aquello que por estas horas está acaparando
la atención de “los hinchas” de uno y otro bando, y que a la ciudadanía muy
poco le interesa.
El cumplimiento de todo el contenido de la ley entre
otras cosas exige, que sean públicos los llamados a concurso, que se
desmantelen las radios mal habidas, que se cuiden los contenidos, que se preserve
el uso del vocabulario y del idioma, que exista variedad de programaciones, que
las emisoras de cada pueblo o ciudad dediquen sus programaciones al quehacer
local.
Una ley de medios, es mucho más que aquello que hoy se
está debatiendo. La calidad de los contenidos de los medios, hacen a la idiosincrasia
de los pueblos.
Jorge Garces
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Reflexiones de Osvaldo Cuesta
Aquellos días de la Radio..
Hola Jorge
Muy interesante la nota en recuerdo de aquella LR9 Radio Antártida, luego transformada en Radio América.
En mi opinión es la misma suerte que corrió Radio del Plata, emisora en la que pude continuar trabajando, luego que LS10 Radio Libertad, cambiara de nombre en Marzo de 1970, a manos de los nuevos permisionarios de la onda.
Estas Radios, otrora tuvieron una visión artística y diferente a hoy día periodístico/político; casi me atrevería a decir, en igualdad al resto de las emisoras.
Los motivos de estos cambios, creo, no sería oportuno analizar, en respeto a la buena interpretación del lector y los contenidos del Blog.
Entiendo cuando nos dices… “LR9-Radio América, nada tiene que ver por estos tiempos con lo que habitualmente conocemos como el multimedia de ese nombre.
Esta emisora, pasa en 1982 a ocupar el lugar que ostentara la estatal LR9, Radio Antartida, y en su misma frecuencia de 1190 Khz.
Esto ocurría a las 00,01hs del 9 de marzo de 1982, cuando el último locutor de la ya yaciente Radio Antartida, a las 24,00 del día 8 de Marzo, despide para siempre a la querida emisora”
… y así es… muchas veces pienso… nada hay peor que cerrar un micrófono para siempre… es la sensación, como sentir la pérdida irreparable de un ser querido que la vida nos arrebata.
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Corrían los días de 1995, cuando también Radio del Plata tuvo que trasladar sus estudios a Honduras y Bompland…ya, Eurnekian, había ampliado su vocación empresaria sumando a su patrimonio Radio del Plata..
Después, sucedieron otros cambios de manos hasta hoy día.
Nosotros, los de entonces, los que hemos trabajado en estos medios a través de tantos años, conocedores de los vaivenes a la que estuvieron sometidas desde largos años las Radios de nuestro querido País, no podemos evitar la decepción de ver su involución; desde tiempo atrás, solo escucho como tema corriente, la precarización del lenguaje, la denostación política, y la vulgaridad de gente que hace mal uso del micrófono.
Pareciera que la Radio, ha querido seguir los caminos de la TV.
La Radio debe ser popular, educar con sus contenidos, e informar independientemente de tendencias políticas y/o personales;
esperemos, que las nuevas generaciones usen su talento en beneficio de la buena Radio.
Gracias Jorge por tu tiempo, te dejo un fuerte abrazo.
En referencia a esta nota del amigo Osvaldo, deseo recordar que al locutor que le cupo el rol de apagar la luz en aquella madrugada, fue Don Carlos Raitman. La última voz de aquella añorada LR9-Radio Antartida de Buenos Aires.