EL AÑO MÁS CRUEL EN LA HISTORIA DE LA RADIOFONÍA ARGENTINA
Después de este largo paréntesis con quienes fueran
habituales lectores de este blog, en este día que debió ser de fiesta muy
especial, retomo el contacto por el respeto que me merecen los radiomanos y por
el homenaje que amerita la fecha.
Hoy 27 de Agosto se recuerda aquella epopeya en que
hace 98 años, una señal sonora era recibida por un minúsculo grupo de escuchadores. Nacía en el mundo y desde
Argentina, la
RADIOTELEFONÍA.
Este brillante invento, quizá uno de los más fecundos
del universo fue la sensación más maravillosa de aquellos que desde muy niños
la tomáramos como propia. Compañía, imaginación, divertimento, educación,
cultura, información y respeto de quienes eran los sugerentes seres con voz y
sin imagen, que acuñaran en muchos esa imperiosa necesidad de hacerla propia,
casi como un culto a parte de nuestro ser.
Hoy a noventa y ocho años de aquello concebido por
eruditos y continuada por años por sus discípulos RADUIODIFUSORES DE RAZA,
aquella radio dejó de serlo. Ya no están los profesionales y los verdaderos
hacedores en la materia.
En nuestro país, por esas cosas de la política sucia y
corrupta, la radio como medio es solo un aparato sofisticado en tecnología,
pero no en sus productos.
Hace 75 años, cuando me parecía imposible que por un
cable se escuchara una voz, aquello era magnifico. Ello me ayudó a aquietar mis
tensiones, a sentirme protegido por quienes me hablaban y a saber muchas cosas
que los libros no decían.
Pero ha pasado el tiempo, y fue precisamente en este
lapso aciago en que no encontrara motivo alguno para esbozar un comentario, tal
cómo lo venía haciendo. ¿Acaso hoy aquella radio simple y sencilla con lámparas
hirvientes es la misma de hoy que se escucha por un teléfono? No, en absoluto,
esto es un verdadero enjambre de sonidos irreverentes que se funden en una
misma frecuencia.
Allá por 1944, cuando la radiotelefonía me atrapara,
eran trece las emisoras capitalinas que conformaban un dial diáfano y transparente.
Cada una con su sigla correspondiente y ninguna, solo identificada por la
frecuencia únicamente. Estas, para este oyente no existen, es lo mismo que un automóvil
sin patente de identificación.
Hoy existen infinidad de emisoras en ambas bandas,
pocas realmente lícitas. Hoy cualquiera enfrenta un micrófono, sin saber o quizá
si, que esta preciada herramienta tal como se la emplea es un arma letal.
¡¡¡Noventa y ocho años de radio!!! Y el dial, sin
RADIOS COMO LR1-EL MUNDO, LR3-BELGRANO, LR4- SPLENDID, LS5-RIVADAVIA, LR9-
AMERICA, LR2-ARGENTINA, LS10 DEL PLATA, LS6 DEL PUEBLO, no es lo mismo. Algunas
existen, pero bajo el mendaz manejo de intrusos que por razones ajenas al
sentido de su creación, las han destruido en una total afrenta a su historia.
Mucho podría escribir en este día, pero ya no existe
en mí ese sentimiento que durante 65 años me atrapara como el primer día. ¡¡¡Hay
culpables y muchos!!!.
PERO ANTES DE CERRAR ESTA TRISTE NOTA, QUISIERA QUE EL
COMÚN DE LOS CIUDADANOS SEPAN QUE LAS FRECUENCIAS SON NUESTRAS, ES DECIR DEL
ESTADO NACIONAL, que como tantas cosas han dilapidado con total y absoluta
impunidad.
No obstante vaya el homenaje de este oyente despojado, a todos los hombres y mujeres que
con HONESTIDAD durante tantos años me regalaran el placer de escuchar “LA RADIO”