En el medio radial argentino, hay apellidos, que con el paso del tiempo siguen tan vigentes, como cuando por primera vez, supimos de su existencia. Quienes hemos adoptado a este medio, como la afable compañía de cada momento, ni bien se nos abrieran los oídos a la vida, solemos ser nostálgicos del pasado y por ende respetuosos de ese tiempo y sus protagonista.
Recuerdo aquellas remolonas mañanas sabatinas, en que con mis escasos 6 años, me involucraba en algo tan apasionante como entretenido para un pibe que, desde este lado del receptor, con sana envidia, quería estar allí, dentro del aparato mágico que aún no sabia bien como funcionaba. Es que desde el interior de la caja de madera, ¡¡¡¡había pibes, como yó!!!! Pibes que estaban haciendo eso que me atraía, me apasionaba y por que mi destino así no lo quiso, no podía acceder a ello.
Ese recreo radial, amable, divertido y apasionante era una escuela, quizá los comienzos de mi propia escuela en el medio. Y como tal, ese colegio del aire tenía un maestro, “Juancho”, Don Salvador Del Priore. El programa “Juancho y sus niños actores” se emitía por la muy vieja radio Libertad, cuando LS10, perteneciera aún a la Editorial Haynes y emitía desde Maipú 555.
Este señor maestro, lograba algo diferente al común de los contenidos de la época, y con el tiempo, supe que anteriormente existió otro ciclo similar llamado la pandilla Marylyn.
Ambos hacedores de grandes figuras, que luego serían verdaderas estrellas.
Pasó el tiempo, y ya adolescente, seguía en mí esta pasión, que crecía como ese amor imposible de alcanzar. ¿Cómo hacer para llegar a ese escenario? Radio Libertad, se traslada a la calle Florida 165, el programa seguía, sábados a la mañana y martes y jueves a las 17. Ese tiempo transcurrido, me ubicó en mis trece años, y me dije esta es la mía. Ya fuera del control estricto de mis padres, entendí que yo también podía estar del otro lado del receptor, y así fue, haciendo mi primera rata a la escuela, me mande al subsuelo de la galería Guemes.
Allí me encontré con algo tan maravilloso, que sabía que sería mi destino. Juancho resultó ser un gran docente, afable y paternal.
Siempre fiel y diestro de todo cuanto ocurría en el dial, y mi pasión por los locutores, ya conocía a otro locutor del mismo apellido, Oscar Del Priore. Uno de mis favoritos, desde los micrófonos de LR2 Radio Argentina, locutor estable de la emisora de Santa Fe 2043, y hermano de aquel maestro.
Por esas cosas de la vida, resultó ser vecino de mi barrio, y aún conservo en mis retinas su dinámico andar por la vieja calle Republiquetas, recorriendo el gris paredón de la Santísima Trinidad en camino hacia su hogar. Oscar Del Priore, luego fue locutor estable del canal de Romay, LS83 Canal 9 Libertad.
Pero, mientras yo jugaba a la radio,y hacía mis primeras incursiones en la recordada LR9 Radio Antártica, hacía su presentación en sociedad, allá por 1960, en el ciclo Odol Pregunta, otro Del Priore, también Oscar, hijo de mi vecino locutor. Era un pibe como yo. de 16 años, y respondía sobre tango. Demás esta decir que en estos tiempos de irrupción de música nuevaolera, que un adolescente hablara de tango, resultaba impensado. Pero este chico, sabía y mucho, de nuestra música ciudadana apenas sostenida por la incursión de jóvenes como Julio Sosa, Enrique Dumas, Ricardo Ruiz y Néstor Fabián. Pero Del Priore hijo, hablaba del tango macho, como si lo hubiera vivido en noches del Tabarís y del Marzzotto con Cadicamo,Troilo, Pugliese o si hubiera recorrido las calles del sur junto a Homero Manzi.
El estentóreo ¡¡¡¡con seguridad!!! De Cacho Fontana, fue el epílogo para catapultar al pibe, como un erudito en la materia. ¡¡¡Ganó, y fue la sensación del momento!!!!
Hoy, en la segunda década del nuevo siglo, este contemporáneo tanguero, es sinónimo del tango, y el mayor exponente, conocedor y difusor de la música de Buenos Aires para el mundo.
Desde aquel tío maestro de los años `50, desde el excelso y pulcro locutor de Radio Argentina a hoy, este apellido ilustre de la radiofonía, ha quedado marcado como símbolo de la cultura, del medio radial y del honor de una marca, Del Priore. Marca que orgullosamente llevarán quienes hoy exhiben ese apellido. Porque este trío que tanto me han dejado como enseñanza, además poseen el diploma indeleble de buena gente, digna de todo homenaje y el permanente recuerdo.-
Quienes siguen este encuentro radial a través del blog, saben de mi interés por saber el destino de mis próceres de la radio. Se de la muerte de don Salvador, pero nada de Del Priore padre.