En más de una oportunidad, he hecho referencia a las permanentes groserías a las que estamos expuestos los indefensos oyentes.
Hoy, por esta modalidad de libre expresión, libertad de prensa y otros logros, los medios de comunicación han pasado a ser tribunas de cuanto trasgresor exista, con el agravante, que estos, han logrado aleccionar a una importante porción de receptores de estos mensajes procaces, que esta es la nueva modalidad de los medios del nuevo siglo.
Aquella radio que tanto venero en casi todas las notas, es cosa del pasado y mucho mas sus protagonistas, que haciendo gala del buen uso del micrófono, en todo lo que ello significa, aparecen como dinosaurios que se han quedado en el tiempo.
Por suerte, aunque cada vez quedan menos, estos excelentes profesionales, aún son receptados por un público que jamás se adaptará a este régimen de la mala educación del que el Estado, hace oídos sordos.
Pero, existe una triste realidad. El Marketing, del que hoy dependen los medios, se asocia a tanto desorden lingüístico. Parece ser que aquellos que se predisponen a la sana compañía de la radio, como elemento de entretenimiento, de cultura y de reunión con los protagonistas del aire, no son consumidores, generalmente se achaca en un verdadero acto discriminatorio, “son viejos jubilados”.
Y una vez mas es el Estado, a través de la autoridad de aplicación esta ausente, en salvaguarda de los desamparados oyentes que permanentemente somos sorprendidos por groserías, gritos y reyertas patoteras de algunos conductores.
Radio La Red , LR5 pone en el aire diariamente un ciclo de trasnoche dedicado al fútbol de ascenso. Su conductor, estableció un estilo frontal, donde incurre en términos de cancha, que el oyente puede o no aceptarlo. Pero, así es su estilo y no resulta lesivo, ya que cuando corresponde, hace un buen uso del micrófono y de respeto al escucha, cuando con tacto propio de cultura, observa que esta a punto de volcar.
Pero, en estos últimos meses, este mismo conductor ha tenido la poco feliz idea de incorporar a un periodista, caracterizado desde siempre por sus actitudes agresivas, prepotentes y hasta ofensivas para con sus jóvenes y respetuosos compañeros.
Este accionar no es nuevo en este personaje, que desde mi rol de escucha, percibo agresivo y de poco compañero siempre los más jóvenes, con actitudes que contrastan con la sumisión extrema que en el programa anterior, tiene para con su conductor, un veterano profesional del fútbol.
No considero prudente, hacer nombres ya que no es intención de este oyente, inculpar públicamente a nadie, pero que sirva de sugerencia y alerta, que del otro lado del micrófono, estamos nosotros, los indefensos oyentes.