foto:elaguijondigital.com.ar
En esta nota,
podría expresar un sin fin de hechos y circunstancias que hacen al tema a
abordar, pero solo haré referencia a una fecha que quedará en la historia de
nuestra radiotelefonía.
El 26 de Abril de
2012, por circunstancias que no corresponde destacar en esta nota, abdicó el ultimo
verdadero RADIODIFUSOR del nuestros tiempos. El hecho significativo de que el
periodista Daniel Hadad, se haya desprendido de sus medios, marcan un hito. Se
termina una de las dos radios de audiencia cautiva. Pero Radio Diez, es sin
duda un sello diferente. Cuando menciono dos radios, la otra es LR6 Radio Mitre
que viene precedida de una historia y una marca registrada por años, en el dial
de AM de la
República Argentina.
Muy diferente es
el caso que hoy me lleva a escribir esta observación. Mas allá de las simpatías
que en lo personal, pudiera tener de algunos de los protagonistas de su grilla,
sin duda, algo diferente existió en la propuesta de LRL 202 Radio Diez. Y esto
resulta altamente valorable, porque aquel joven periodista, cuyos inicios
fueran el de un movilero más de los años `70, empezó de cero, con un aire
virgen y una nueva marca, que solo proponía “Un
nuevo prócer se ubica entre Mitre y Rivadavia” como slogan en la vía publica y
medios gráficos, ante el gran interrogante que este texto despertara.
Oportunamente en
el libro “Yo El Oyente” el autor expresaba
en 2002
“La flamante emisora surge al
aire el 1 de Enero de 1998, pasa a denominarse Radio Diez, e instala sus estudios en pleno
centro neurálgico de Palermo Viejo: En la esquina sur de la intersección de las
calles Uriarte y Nicaragua.
Desde su puesta a punto, sus directivos enfocaron
una programación netamente populista, basada en ciclos de claro corte
periodístico, metodología que les significó un acertado suceso, incorporándose
así como lo hiciera geográficamente, en el sentimiento del ciudadano común, el
hombre y la mujer de cada barrio, que se sienten totalmente identificados con
la línea editorial propuesta. La intención de quienes manejan este nuevo medio
radiofónico de acercarse aún más a su audiencia, tuvo un particular acierto al
hacer de la vía pública un amplio auditórium (visto desde el exterior en la
ochava de dicha esquina, un gran
ventanal permite a quien lo desee acercarse para ver y escuchar en acción a
quienes durante las 24 horas trabajan frente al micrófono). A la nueva emisora,
las autoridades nacionales que rigen el sistema radiofónico en el país le
asignaron la sigla LRL 202, siendo en la actualidad la de mayor audiencia, según mediciones
publicadas por Ibope. En la auspiciante realidad de esta emisora, mucho tiene
que ver un por entonces periodista, Daniel Hadad, quien desde su rol de titular
de la misma, mucho se diferenció de aquel que a través de sus pasadas
incursiones en la pantalla de televisión o de sus ciclos en Radio América, denotara
una gran dosis de timidez y respeto, propia de la escuela de quienes habían
sido sus maestros (M. Grondona-B. Neustadt). De la idea de la radio netamente
cultural, elitista e intelectual, transformó a ésta, la suya, en un símbolo de
enorme popularidad, rayando en muchos casos en extremos que seguramente hace
algunas décadas, nadie hubiera
imaginado. La espontaneidad, la información, el humor, gran dosis de desparpajo
irreverente y soez de algunos de sus conductores, la calidad técnica y la
activa participación de la audiencia,-fiel y obsecuente a este estilo de radio-
la ubican entre las preferidas del dial. Cabe resaltar que la grilla se
conforma en base a producciones artísticas y comerciales propias. Las primeras
voces que ocuparon la programación de sondeo de esta radio, fueron Antonio
Carrizo, Jorge Pizarro, Eduardo Lorenzo “Borocoto”, Eduardo Feinman, Mauro
Viale, Marcela Feudale, Atilio Costa Febre( siguiendo aRiver), Horacio De Dios
y Esteban Mirol, entre otros. Así como
es de valorar el empuje introducido por su Director, corresponde destacar el
importante rol que merece el responsable evidente de la artística de la
emisora, el periodista José Luís Pagano, verdadero pulmón de este medio
que se impuso con toda autoridad
Radio
Diez se inauguró oficialmente, el 2 de Febrero de 1998 su
slogan: “la más potente del país”
En julio de 2009, tras más de 11 años en la esquina de Uriarte y Nicaragua,
Radio 10, la más
escuchada de la Argentina,
mudó sus instalaciones a Fitz Roy
1940, donde también funcionan Infobae.com y C5N.
Las otras emisoras del multimedio, cuatro FM -Vale,Pop,Mega y TKM- continúan en el viejo edificio de
Uriarte 1899
Han trascurrido
14 años, que han marcado un hito en la historia de nuestra radiofonía, una
historia, que este joven hombre del medio, me retrotrajo con cierta nostalgia
al estilo de aquellas viejas emisoras, que tanto exalto en este espacio con asiduidad.
Así como las
recordadas radios, El Mundo, Belgrano, Splendid, Excelsior, Mitre, Rivadavia,
Libertad, Municipal, Nacional, Del Plata, Del Pueblo, Antartida, América y
Continental, en otros tiempos, marcaran un estilo en base a personalidad radial
definida y propias, esto mismo significó Radio Diez en los comienzos del nuevo siglo.
Y lamentablemente
conjugo en pasado, en la seguridad que la señal no será la misma. Existen muestras
palpables a través del tiempo, que aseveran este vaticinio. Solo le bastará al
lector, releer las emisoras mencionadas en el párrafo anterior, para
contagiarse de este pálpito. Lo más reciente es la destrucción de dos radios
que fueran verdaderos sellos registrados. LS10 Radio del Plata y LR3 Radio
Belgrano. Ambas tristemente dilapidadas como oferta radial.
¿Por qué el éxito
de Radio Diez?
Porque en toda su
trayectoria fue dueña absoluta de su señal con producciones propias.
Porque conformó
una programación acorde y adecuada a lo que el oyente esperaba de una radio.
Porque impuso un
estilo propio. El informativo a la hora exacta, buen servicio de noticias,
calidad técnica, el pase entre programas, Segmentar su programación en
base ciclos de tres horas, mas la
seguridad que aquello que estaba ocurriendo, seguramente estaba en la Diez.
Porque así como
lo fuera en los `60 Rivadavia, lo fue esta en la captación de los taxistas, con
quienes en una inolvidable movida, lograran su definitiva alianza.
Pero básicamente,
el éxito radicó en la radio familia entre todos los componentes de la emisora,
y donde todos sus conductores, se identificaran con una “misma camiseta” logrando una programación continua de 24 horas.
Hace muchos años,
en la década del ´40, un eximio conocedor del medio, Don Pablo Osvaldo Valle en
su condición de director de aquella mítica Radio El Mundo, expresaba “El éxito
de una radio, se basa en una programación pareja y uniforme. El oyente se debe
acostar con la radio, y despertarse en la misma sintonía”
Este adagio, fue
puesto en práctica por Daniel Hadad y José Luís Rodriguez Pagano, logrando en escaso
tiempo, eso que aquel erudito, sentenciara con acierto.
Así como en la rica historia de la radiotelefonía nacional, existieran
nuestros idóneos radiodifusores, Enrique Susini, Jaime Yankelevich, Alfredo
Dougall, Alejandro Romay, Wesley
Smith (primer Director de LR1) Jacinto Fernández Cortés, Antonio Devoto, Julio
Cepeda y tantos otros en el interior del país, el nombre de Daniel Hadad quedará
en el bronce como el último, de quienes le dieran fuste a la radiofonía argentina.
Seguramente, así como el periodista Marcelo Longobardi,en la mañana de hoy, se emocionara hasta
las lagrimas , una mayoritaria porción de argentinos, también
habrán derramado su gota amarga sobre los receptores, que en el 790 del dial veían
un quiebre de algo que fue y difícilmente continúe.
A los nuevos permisionarios, modestamente solo les sugeriero. No echen por la borda aquello
que hasta hoy fue una marca de prestigio. Que quienes tengan a su cargo la
programación, sea gente del medio y no aventureros destructores de radios, como
tantos ejemplos existen en la gran mayoría de las emisoras del país. Que
mantengan las fuentes de trabajo y por sobre todo, se preserve lo elemental en
un medio de comunicación. LA LIBERTAD DE
EXPRESION.
Daniel Hadad y Cristobal López
Foto:diariopanorama.com
Quien escribe esta nota, si bien no fue un adscrito cautivo a toda la
programación de esta emisora, como conocedor del medio desde ambos lados del
micrófono de toda una larga vida, debe valorar lo realizado, y ubicarlo como símbolo fidedigno de lo
que significa administrar en todo concepto una señal sonora.
"Si quienes toman la responsabilidad de conducir un medio de tanto prestigio, caen en la vulgaridad de estos tiempos, "el inquilinato de espacios tipo albergue transitorio", cometerán el peor pecado en desmedro de la verdadera radiofonía. Solo les bastará otear el panorama del espectro radiofonico vigente, para asumir que pronto serán solo una propaladora más, como la gran mayoría".