RAUL FERNANDEZ
Q
|
uienes por esas cosas de la vida, hemos llegado
a esta, antes de todo el avance tecnológico del que hoy disponemos, y solo
poseíamos la radio como único medio de información, los por entonces niños, le
dábamos una especial importancia a uno de los protagonistas de las respectivas
transmisiones, que habitualmente no aparecen en las grandes marquesinas del
aire.
Para quien en condición de consuetudinario oyente,
escribe esta nota, siempre trató de encontrar en cada emisión futbolera, la afinidad
de cuatro patas elementales que le dieran equilibrio a las mismas. Relator,
comentarista, locutor comercial y “estudios centrales” Quizá este último rubro
no quede demasiado claro para el común de los lectores. La referencia, reseña a
esa voz ignota, que irrumpe en el momento oportuno con aquello que ocurre en
otras canchas.
Quienes como en mi caso, hincha de un club
chico,”Platense”, generalmente eran escasas las oportunidades en que la
transmisión central, se diera donde jugara este, y también exiguas las
ocasiones en que por aquellos tiempos existiera una conexión directa, el rol
del periodista blindado en estudios centrales, significaba de vital
importancia.
Allá por los inicios de los años `50, cuando la
radio ya comenzara a ser parte inseparable de mi vida, para transformarme hasta
hoy en radio-dependiente, si bien eran varias las emisoras que transmitían
fútbol (Porteña, Rivadavia, Mitre, Splendid, Libertad, Argentina, Antartida y
Del Pueblo) las grandes citas por las condiciones explicadas, hacían que la
gran preferencia se centrara en LR4 Radio Splendid con Alfredo Arostegui, Feliz
Daniel Frascara, Ricardo Jurado y “Horacio
Omar Arrastía en estudios”.En su competencia, LS10 Radio Libertad y las
ondas cortas de LR1 Radio El Mundo y la
Red azul y Blanca de emisoras Argentinas, descollaban
Fioravanti, Borocotto, Rafael Díaz Gallardo y “Alberto RUAL” ¡¡¡con su atento Fioravanti!!!
Luego, con el paso del tiempo, fueron
apareciendo excelsas voces y eficaces hacedores de la información al instante,
que resultaría extenso mencionarlas, ante la irreverencia de olvidar algunos de
aquellos grandes portadores de alegrías y tristezas. Mencionar a uno, por ser
“el distinto” como Juan José Lujambio, incluye a todos.
Pero en esta nota, quiero unir el pasado con el
presente. De aquella vieja camada de eruditos en la información, hoy, con todo
su esplendor intelectual, calidad de voz e intacta lucidez profesional, uno de
aquellos próceres de la instantaneidad en la información, sigue intacto como si
le hubiera esquivado al paso del tiempo. Su nombre es sello marcado a fuego de
honestidad e idoneidad periodística, RAUL
FERNANDEZ.
Escucharlo en las transmisiones de LR5 “La Red ”, es un bálsamo de
nostalgia de aquellos, sus inicios, creo, en la vieja LS6 Radio Del Pueblo, con
el siempre recordado Horacio Irañeta.
Raúl Fernández, orgulloso hincha del globito,
por estos tiempos sigue luciendo toda su experiencia y calidad humana tal como
lo conociéramos en a década del `60. Su presencia frente al micrófono, no solo
en las transmisiones de cada fecha, sino en la tira diaria de la citada
emisora, es un toque de distinción en cada una de sus presentaciones.
Este es un verdadero ejemplo que aquellos que
ya suman años, no deben ser descartados, sino por el contrario. Sus valores
profesionales, experincia y como persona de bien, alimentan la jerarquía de los
contenidos de los que tanto hoy renegamos, quienes como oyentes o como
trabajadores olvidados, vemos con dolor lo vilipendiada que esta la
“profesionalidad de los medios” coptados por “inquilinos de espacios o
estrellitas mediáticas furtivas.”
Sirva esta breve reseña, para aquellos jóvenes
que han abrazado esta digna profesión, y tomen como ejemplo e este verdadero
señor del periodismo deportivo, quien si bien se ha agiornado a los tiempos
modernos, mantiene incólume una vieja e irrefutable tradición. Buen uso del
idioma, correcto vocabulario y por sobre todo “respecto irrestricto hacia el
oyente”
Gracias Señor Raúl Fernández, por mantener los
principios elementales de hacer “buena radio”. Esa que no se aprende en las
escuelas, sino en la misma radio y en la vida.