Allá por los años `50 del siglo pasado, cuando aun no tenía en claro como mágicamente llegaba el sonido a ese mueble que llamaban radio, ya empezaba a familiarizarme con las voces que a mi oído le resultaban agradables, afables e inseparables. Voces que desde mi inocente intelecto me hacían percibir lo que luego conocería como profesionalidad. Una de esa voces hacedoras de mensajes cordiales era la de un caballero llamado simplemente Juan Ramón, locutor de las extraordinarias veladas teatrales que emitía la entrañable LS4 Radio Porteña-590Kc., hoy Radio Continental.
Pasaron los años y esa voz inconfundible, perfecta, atildada y paternal para ese niño oyente, emerge de los televisores a través del flamante canal 13, Río de la Plata Televisión. ¡Ese es Juan Ramón!, Reflexione en mi intimidad con mi ya afinado sentido auditivo para distinguir aquellas voces amigas. En los comienzos de los años ´70, en la añeja Oral Deportiva de Radio Rivadavia, en pleno verano y haciendo sus primeras armas frente al micrófono, percibo una nueva voz, por entonces timorata, pero con condiciones para ejercer lo que había adoptado. Ese incipiente locutor suplente de turno, elegido por el jefe de locutores Ángel Rojas, se identificaba como Juan Badia, y en honor a la verdad no sonaba bien, era necesario un nombre más contundente, acorde a lo que prometía el pibe. Y así fue, luego se lo conocería como Juan Alberto Badia y su brillante trayectoria aun vigente.
Desde aquella mitad del siglo XX, a hoy han transcurrido 59 años. Hace apenas un par de ellos, en LR5 Radio La Red, también en un programa deportivo nocturno, una dulce voz irrumpe fugazmente con el nombre de Belén Badia. ¿Será la hija de Badia? Se preguntó este ya sexagenario oyente. No, era la sobrina de Juan Alberto, la nieta de Juan Ramón. Hoy Belén luce en las mañanas de Radio Del Plata, con la profesionalidad, el entusiasmo y el amor a la radio, que aquel abuelo honradamente supo acuñar en el seno de su familia, con la más hermosa profesión, la de LOCUTOR.
Y así como es de mágica la radio, las hondas hertzianas tan misteriosas en sus recorridos por el eter, seguramente llegaran a aquel hacedor de locutores, JUAN RAMON BADIA, cuya alma estará en una estrella deleitándose con lo que el forjó en vida, LOCUTORES DE NIVEL, en un medio que hoy dista mucho de lo que el soñó e instruyó como docente.
Tres generaciones que con su apellido, BADIA honran a la Radiofonía Argentina.
Pasaron los años y esa voz inconfundible, perfecta, atildada y paternal para ese niño oyente, emerge de los televisores a través del flamante canal 13, Río de la Plata Televisión. ¡Ese es Juan Ramón!, Reflexione en mi intimidad con mi ya afinado sentido auditivo para distinguir aquellas voces amigas. En los comienzos de los años ´70, en la añeja Oral Deportiva de Radio Rivadavia, en pleno verano y haciendo sus primeras armas frente al micrófono, percibo una nueva voz, por entonces timorata, pero con condiciones para ejercer lo que había adoptado. Ese incipiente locutor suplente de turno, elegido por el jefe de locutores Ángel Rojas, se identificaba como Juan Badia, y en honor a la verdad no sonaba bien, era necesario un nombre más contundente, acorde a lo que prometía el pibe. Y así fue, luego se lo conocería como Juan Alberto Badia y su brillante trayectoria aun vigente.
Desde aquella mitad del siglo XX, a hoy han transcurrido 59 años. Hace apenas un par de ellos, en LR5 Radio La Red, también en un programa deportivo nocturno, una dulce voz irrumpe fugazmente con el nombre de Belén Badia. ¿Será la hija de Badia? Se preguntó este ya sexagenario oyente. No, era la sobrina de Juan Alberto, la nieta de Juan Ramón. Hoy Belén luce en las mañanas de Radio Del Plata, con la profesionalidad, el entusiasmo y el amor a la radio, que aquel abuelo honradamente supo acuñar en el seno de su familia, con la más hermosa profesión, la de LOCUTOR.
Y así como es de mágica la radio, las hondas hertzianas tan misteriosas en sus recorridos por el eter, seguramente llegaran a aquel hacedor de locutores, JUAN RAMON BADIA, cuya alma estará en una estrella deleitándose con lo que el forjó en vida, LOCUTORES DE NIVEL, en un medio que hoy dista mucho de lo que el soñó e instruyó como docente.
Tres generaciones que con su apellido, BADIA honran a la Radiofonía Argentina.