Luisa de Haedo, José de Flores o María de Chubut, Cholo de Calzada......son los principales protagonistas de la radiofonía del siglo XXI. ¿Cómo forjarían los programas los viejos conductores, cuando el teléfono era un elemento suntuario, que solo lo poseían ciertas familias de clase alta, o en tiempos de gobiernos de facto cuando el uso de este aparato estaba tácitamente prohibido?
Desde los años ´90 del supuestamente lejano siglo XX, cuando las empresas telefónicas fueran privatizadas, el teléfono, los E-mail y ahora los SMS, han pasado a ser el vinculo participativo de lo que se denomina ¿radio interactiva?El oyente ha pasado a ser el intérprete que le da letra al improvisado psicólogo en su rol de conductor chabacano de los programas advenedizos.Esto era común de las despreciadas radios comunitarias, pero ahora, aquellos pseudo intelectuales que renegaban de estas, tambien impunemente utilizan al oyente como complices de su escasa creatividad o producción. Recuerdo que quien fuera pionera en la década del ´80 de esta modalidad hoy deslucida, decadente, grosera y recurrente en cuanto programa se emita en el país, fue Luisa Delfino(1), en Radio Continental. Esto por entonces era serio, aunque lo sigue siendo en su ciclo “TE ESCUCHO” en Del Plata. Tiene sentido profesional, es contenedor y grato al común de la audiencia. Pero, como en cada caso, la vil copia se ha transformado en un absurdo estilo reiterativo y monótono de programación en cada punto del dial.
¿Acaso los oyentes no observan que mas allá del beneficio económico que le otorgan a las empresas telefónicas, le están haciendo el programa a esos ineptos conductores que han entrado en el tándem de la ridiculez, y que necesitan de ustedes para llenar espacios? ¿Qué ocurriría si abruptamente los oyentes dejarían de llamar a las radios? Los mensajes grabados, si es que son emitidos y a los que pasados tipo tanda son tácitamente ignorados por el responsable del programa y también por la audiencia, demuestran que esta modalidad ya perimida, no hace mas que demostrar la decadente radiofonía de la actualidad en base al uso y abuso de aquellos ingenuos que confían en la veracidad de ese modo de propuesta. Como todo avance tecnológico, no siempre es bien utilizado, y esta es la muestra cabal de la ingerencia de quienes se dicen comunicadores sociales. ¿Para esta errática moda de hacer radio es necesario estudiar tres años la carrera de locutor? ¡Que triste! Al que le quepa el sayo, que se lo ponga.
Oyentes, respétense a si mismos, no sean utilizados por estos mercenarios/as del micrófono. Se que muchos lo hacen para paliar la soledad, pero háganlo con dignidad. La RADIO DEBE SER ESPECTÁCULO y SERVICIO, y estos deben ser el eje de vuestra distracción, divertimento y compañía.No deben permitirse que los problemas ajenos, no siempre veraces, invadan aun mas sus sentimientos. Así fue la RADIOTELEFONÍA ARGENTINA que yo disfrute y me apasionó, cuando las trece sensatas radios que conformaban el dial metropolitano, cumplían con el rol para las que fueran creadas.
Desde los años ´90 del supuestamente lejano siglo XX, cuando las empresas telefónicas fueran privatizadas, el teléfono, los E-mail y ahora los SMS, han pasado a ser el vinculo participativo de lo que se denomina ¿radio interactiva?El oyente ha pasado a ser el intérprete que le da letra al improvisado psicólogo en su rol de conductor chabacano de los programas advenedizos.Esto era común de las despreciadas radios comunitarias, pero ahora, aquellos pseudo intelectuales que renegaban de estas, tambien impunemente utilizan al oyente como complices de su escasa creatividad o producción. Recuerdo que quien fuera pionera en la década del ´80 de esta modalidad hoy deslucida, decadente, grosera y recurrente en cuanto programa se emita en el país, fue Luisa Delfino(1), en Radio Continental. Esto por entonces era serio, aunque lo sigue siendo en su ciclo “TE ESCUCHO” en Del Plata. Tiene sentido profesional, es contenedor y grato al común de la audiencia. Pero, como en cada caso, la vil copia se ha transformado en un absurdo estilo reiterativo y monótono de programación en cada punto del dial.
¿Acaso los oyentes no observan que mas allá del beneficio económico que le otorgan a las empresas telefónicas, le están haciendo el programa a esos ineptos conductores que han entrado en el tándem de la ridiculez, y que necesitan de ustedes para llenar espacios? ¿Qué ocurriría si abruptamente los oyentes dejarían de llamar a las radios? Los mensajes grabados, si es que son emitidos y a los que pasados tipo tanda son tácitamente ignorados por el responsable del programa y también por la audiencia, demuestran que esta modalidad ya perimida, no hace mas que demostrar la decadente radiofonía de la actualidad en base al uso y abuso de aquellos ingenuos que confían en la veracidad de ese modo de propuesta. Como todo avance tecnológico, no siempre es bien utilizado, y esta es la muestra cabal de la ingerencia de quienes se dicen comunicadores sociales. ¿Para esta errática moda de hacer radio es necesario estudiar tres años la carrera de locutor? ¡Que triste! Al que le quepa el sayo, que se lo ponga.
Oyentes, respétense a si mismos, no sean utilizados por estos mercenarios/as del micrófono. Se que muchos lo hacen para paliar la soledad, pero háganlo con dignidad. La RADIO DEBE SER ESPECTÁCULO y SERVICIO, y estos deben ser el eje de vuestra distracción, divertimento y compañía.No deben permitirse que los problemas ajenos, no siempre veraces, invadan aun mas sus sentimientos. Así fue la RADIOTELEFONÍA ARGENTINA que yo disfrute y me apasionó, cuando las trece sensatas radios que conformaban el dial metropolitano, cumplían con el rol para las que fueran creadas.
(1) Deseo agradecer profundamente a la Sra. Luisa Delfino, quien me dejó un atento comentario y sus felicitaciones por el blog.