En los primeros años de la década del ’70, el gran auge del turismo a la Costa Atlántica marcaba un suceso sin precedentes. Aquello que se insinuara en los años ´60 en materia de construcción de mega edificios, se concreta con la masiva concurrencia no sólo de la élite social, sino también de las clases media y obrera que, incentivada por emprendimientos gremiales, hacen propias las playas marplatenses. Pero, este crecimiento edilicio y de grandes masas turísticas, obligaban a una necesidad impostergable: las comunicaciones. Con la inauguración en 1969 de la Estación Terrena de Balcarce, cuyo complejo se ubica a la vera de la ruta 226, en el paraje conocido como “Puerta del Abra”, prosperaron las comunicaciones tanto en el orden nacional como internacional. Se incorporaban al léxico de los argentinos dos vocablos que luego pasaron a ser parte de nuestra cotidianeidad: SATÉLITE y COAXIL.
Ambas modificaban la arcaica cualidad de la operadora de turno, que sentenciaba la implacable demora para establecer la comunicación deseada a cualquier parte del país y el mundo.
A través del satélite se inician las comunicaciones internacionales a distancia en forma casi instantánea, y el cable coaxil impone lo mismo entre las ciudades más importantes del territorio nacional. El primer tendido de cable fue entre BUENOS AIRES-ROSARIO y BUENOS AIRES-MAR DEL PLATA. La Radiotelefonía no podía estar ajena a este hallazgo tecnológico e inmediatamente se inserta en el lenguaje del medio el uso de una nueva terminología “en directo y por coaxil…”. La utilización de esta innovación especializada no sólo obviaba las ya mencionadas demoras, sino que garantizaba una excelente fidelidad en la emisión de las voces.
En 1970, la programación de LU6-Radio Atlántica de Mar del Plata incluía entre sus profesionales a un joven Locutor que provenía de LV6 de Mendoza, Sergio Velasco Ferrero, y a Oscar “Cacho” Kupperman, un digno periodista bahiense, que integraba el staff del “Fontana Show” como corresponsal en la ciudad balnearia. Ambos, dado el trato con las autoridades de Radio Rivadavia, y dispuestos a estrenar esta “joya tecnológica”, diseñaron un ciclo en el que a través del cable subterráneo instalado por ENTEL ( ex Empresa Nacional de Teléfonos) lograron trasladar el “ruido del verano” desde Mar del Plata hacia todo el país, por medio de la por entonces líder, Radio Rivadavia. Este programa -“Sonido desde la Costa”- se transformó en un hábito de cada fin de semana durante varios veranos, sábados y domingos en el horario del fútbol. Dado su éxito, se amplió con un envío nocturno diario llamado “Hola País, Buenas Noches”. Esta innovación en las clásicas transmisiones radiales contó además con un nuevo estilo impuesto por su conductor Velasco Ferrero, dueño de un simpático y cuidadoso gracejo no conocido hasta el momento en el medio radial. Los programas de los fines de semana se transmitían desde el llamado “estudio de verano”, en el local 36 de la Rambla Casino, a la vista del público, donde participaban las inefables Rina Moran y María Esther Vignola, y el nocturno desde un estudio ubicado en el piso 14° del Edificio del Banco Provincia, en San Martín y Córdoba, lugar desde donde emitía su programación LU6.
Este ciclo que fue novedoso en aquel período, pasa luego a Radio El Mundo, después a Splendid, pero nunca con el éxito obtenido en la emisora de Arenales y Pueyrredón.
Sergio Velasco Ferrero, un loco lindo, fue un verdadero creativo. Espontáneo, directo y con una voz fresca y personal, que además nunca recurrió a groserías, bajezas idiomáticas ni doble intencion en sus mensajes. Aún hoy, a 30 años de aquella ambiciosa propuesta, resuena en mis oídos y en la de muchos contemporáneos, el clásico de cada verano impuesto por su conductor… “MUSICA PARA TU PIEL DE VERANO MUCHACHA”.
Locutores, conductores y productores del siglo XXI: no estaría mal que sean creativos, personales y que, como en este caso, sus trabajos perduren en la memoria del oyente. Si sus tareas se enmarañan con otros profesionales o pasan rápidamente a la indiferencia, serán por años, sólo vulgares locutores, tal el rótulo, que con un sello impreso en un cartón oficial plastificado, ostentan como carnet profesional.
LOCUTOR SE NACE, NO SE HACE...
Ambas modificaban la arcaica cualidad de la operadora de turno, que sentenciaba la implacable demora para establecer la comunicación deseada a cualquier parte del país y el mundo.
A través del satélite se inician las comunicaciones internacionales a distancia en forma casi instantánea, y el cable coaxil impone lo mismo entre las ciudades más importantes del territorio nacional. El primer tendido de cable fue entre BUENOS AIRES-ROSARIO y BUENOS AIRES-MAR DEL PLATA. La Radiotelefonía no podía estar ajena a este hallazgo tecnológico e inmediatamente se inserta en el lenguaje del medio el uso de una nueva terminología “en directo y por coaxil…”. La utilización de esta innovación especializada no sólo obviaba las ya mencionadas demoras, sino que garantizaba una excelente fidelidad en la emisión de las voces.
En 1970, la programación de LU6-Radio Atlántica de Mar del Plata incluía entre sus profesionales a un joven Locutor que provenía de LV6 de Mendoza, Sergio Velasco Ferrero, y a Oscar “Cacho” Kupperman, un digno periodista bahiense, que integraba el staff del “Fontana Show” como corresponsal en la ciudad balnearia. Ambos, dado el trato con las autoridades de Radio Rivadavia, y dispuestos a estrenar esta “joya tecnológica”, diseñaron un ciclo en el que a través del cable subterráneo instalado por ENTEL ( ex Empresa Nacional de Teléfonos) lograron trasladar el “ruido del verano” desde Mar del Plata hacia todo el país, por medio de la por entonces líder, Radio Rivadavia. Este programa -“Sonido desde la Costa”- se transformó en un hábito de cada fin de semana durante varios veranos, sábados y domingos en el horario del fútbol. Dado su éxito, se amplió con un envío nocturno diario llamado “Hola País, Buenas Noches”. Esta innovación en las clásicas transmisiones radiales contó además con un nuevo estilo impuesto por su conductor Velasco Ferrero, dueño de un simpático y cuidadoso gracejo no conocido hasta el momento en el medio radial. Los programas de los fines de semana se transmitían desde el llamado “estudio de verano”, en el local 36 de la Rambla Casino, a la vista del público, donde participaban las inefables Rina Moran y María Esther Vignola, y el nocturno desde un estudio ubicado en el piso 14° del Edificio del Banco Provincia, en San Martín y Córdoba, lugar desde donde emitía su programación LU6.
Este ciclo que fue novedoso en aquel período, pasa luego a Radio El Mundo, después a Splendid, pero nunca con el éxito obtenido en la emisora de Arenales y Pueyrredón.
Sergio Velasco Ferrero, un loco lindo, fue un verdadero creativo. Espontáneo, directo y con una voz fresca y personal, que además nunca recurrió a groserías, bajezas idiomáticas ni doble intencion en sus mensajes. Aún hoy, a 30 años de aquella ambiciosa propuesta, resuena en mis oídos y en la de muchos contemporáneos, el clásico de cada verano impuesto por su conductor… “MUSICA PARA TU PIEL DE VERANO MUCHACHA”.
Locutores, conductores y productores del siglo XXI: no estaría mal que sean creativos, personales y que, como en este caso, sus trabajos perduren en la memoria del oyente. Si sus tareas se enmarañan con otros profesionales o pasan rápidamente a la indiferencia, serán por años, sólo vulgares locutores, tal el rótulo, que con un sello impreso en un cartón oficial plastificado, ostentan como carnet profesional.
LOCUTOR SE NACE, NO SE HACE...