Mi absoluto convencimiento de valorar con énfasis a los hombres y mujeres experimentados en el medio radial, se acentúa cuando escucho a quienes puedo calificar como verdaderos baluartes del quehacer radiofónico. Son aquellos LOCUTORES, con trayectoria, con madurez, experiencia, profesionalismo y una marcada cuota de aquella vieja radio que me cautivó. Hay ejemplos que con solo poner el oído, atrapan y corroboran mi obsesiva certeza que la radio deben hacerla los que saben.
Juan Carlos Rousselot, una de las figuras que lucieran en la vieja Radio El Mundo, es a pesar de los años transcurridos, uno de ellos. Sigue manteniendo su estilo, tonos y timbre de voz intactos, demostrando en cada frase, en cada palabra, las condiciones que lo catapultaran como uno de los grandes de la locución y animación. Hoy, por esas cosas de la vida, lamentablemente luce ese talento nato propio de la tarea, en una emisora no oficial de San Martín. Y expreso, lamentablemente porque con estos valores, sin la sombra de su paso por la función pública, seguramente bien podría hoy jerarquizar cualquier programación de las emisoras líderes. Deseo quede en claro, que lo que estoy valorando es al profesional, sin pretender entrar en defensa o critica de sus valías personales. Quiero una vez mas ejemplificar con este caso puntual, a aquellos que por razones de edad aún están en plenitud, con todas las luces y condiciones que amerita un profesional del micrófono, a diferencia de los audaces, desvergonzados e impertinentes jóvenes o inquilinos de espacios, que no tienen la menor idea del léxico, el vocabulario y respeto al oyente, como prioridadades básicas y elementales. Seguramente quienes siguen este blog, se preguntaran ¿Como me enganche en una radio a las que permanentemente invalido? Fue precisamente por el sentido auditivo, el placer de escuchar un trabajo profesional, acorde a lo que considero debe brindar el hacedor del mensaje oral, y olvidándome de la legalidad o no de la emisora.
Otro ejemplo que no quiero dejar de subrayar, es el auspicioso presente de Fernando Bravo. Si bien más joven que el anterior, mantiene la mística de la rancia escuela radial. Sin dudarlo, la presente temporada en Radio Continental, a mi modesto entender es la de mayor suceso en su esplendente carrera profesional. Toda la ética, la sapiencia, el respeto, oficio y contenido, lo ubican en la cúspide de la muy buena expresión radiofónica que muchos que como “yo el oyente” deseamos.
También merecen ser destacados los experimentados y avezados conductores/as y locutores/as que conforman la programación de Cadena 3 de Córdoba, de LU6 de Mar del Plata y otros tantos ejemplos que se dan en radios del interior del país.
Los locutores, no son deportistas que tienen una vida útil acotada, son como los actores, los escritores, los artistas plásticos o como cualquier profesional o especialista, cuanto más maduros mayor calidad, experiencia y lucimiento.
¿Lo entenderán así los gerentes de contenidos de las emisoras Argentinas?
Juan Carlos Rousselot, una de las figuras que lucieran en la vieja Radio El Mundo, es a pesar de los años transcurridos, uno de ellos. Sigue manteniendo su estilo, tonos y timbre de voz intactos, demostrando en cada frase, en cada palabra, las condiciones que lo catapultaran como uno de los grandes de la locución y animación. Hoy, por esas cosas de la vida, lamentablemente luce ese talento nato propio de la tarea, en una emisora no oficial de San Martín. Y expreso, lamentablemente porque con estos valores, sin la sombra de su paso por la función pública, seguramente bien podría hoy jerarquizar cualquier programación de las emisoras líderes. Deseo quede en claro, que lo que estoy valorando es al profesional, sin pretender entrar en defensa o critica de sus valías personales. Quiero una vez mas ejemplificar con este caso puntual, a aquellos que por razones de edad aún están en plenitud, con todas las luces y condiciones que amerita un profesional del micrófono, a diferencia de los audaces, desvergonzados e impertinentes jóvenes o inquilinos de espacios, que no tienen la menor idea del léxico, el vocabulario y respeto al oyente, como prioridadades básicas y elementales. Seguramente quienes siguen este blog, se preguntaran ¿Como me enganche en una radio a las que permanentemente invalido? Fue precisamente por el sentido auditivo, el placer de escuchar un trabajo profesional, acorde a lo que considero debe brindar el hacedor del mensaje oral, y olvidándome de la legalidad o no de la emisora.
Otro ejemplo que no quiero dejar de subrayar, es el auspicioso presente de Fernando Bravo. Si bien más joven que el anterior, mantiene la mística de la rancia escuela radial. Sin dudarlo, la presente temporada en Radio Continental, a mi modesto entender es la de mayor suceso en su esplendente carrera profesional. Toda la ética, la sapiencia, el respeto, oficio y contenido, lo ubican en la cúspide de la muy buena expresión radiofónica que muchos que como “yo el oyente” deseamos.
También merecen ser destacados los experimentados y avezados conductores/as y locutores/as que conforman la programación de Cadena 3 de Córdoba, de LU6 de Mar del Plata y otros tantos ejemplos que se dan en radios del interior del país.
Los locutores, no son deportistas que tienen una vida útil acotada, son como los actores, los escritores, los artistas plásticos o como cualquier profesional o especialista, cuanto más maduros mayor calidad, experiencia y lucimiento.
¿Lo entenderán así los gerentes de contenidos de las emisoras Argentinas?